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Odisea |
Un viaje interior | ![]() |
Cine en estado puro¿Cuánto tiempo hacen que no van al cine? Tómense un minuto antes de contestar. Lo que les pregunto es ¿cuánto tiempo hace que no van al cine a ver cine. ¿Cuánto hace que vieron una película que les hiciera reflexionar, que fuera sensible sin sensiblería, donde los efectos especiales estuvieran reducidos a su mínima expresión y la imagen aumentada a su máxima potencia?Yo peregrinaba de cine en cine hasta que se ha dado la feliz casualidad de haber encontrado dos películas de verdad, cine en estado puro. Dos obras tan diferentes como sus planteamientos y procedencias. Ya se que esto es muy personal pero yo voy a recomendarles las dos. Si quiere leer una novela viendo una película; si le apetece que le cuenten una historia de cine negro con ribetes existencialistas; si está dispuesto a meditar sobre la mediocridad del ser humano, sobre el azar y el destino, sobre la frágil mentira de la vida, no se lo piense más. Su película es El hombre que nunca estuvo allí donde Billy Bob Thornton compone un personaje tan gris como el tono de la cinta pero tan rico en matices como el blanco y negro utilizado en el rodaje. Es una película de tiempo lento, necesario para sumirnos en ella, pero con un ritmo impecable. Narrada por el protagonista es literaria en el sentido de que se recupera el placer de escuchar y de ver, mientras nuestra mente es constantemente seducida por el significado de lo que vemos. La escena del abogado intentado asociar el principio de incertidumbre de Heissenberg al caso que lo ocupa mientras la luz de la celda cae sobre él y lo convierte en un iluminado ante su público es solo un pequeño detalle de los que inundan esta pequeña joya. Si por el contrario desea ver cómo se puede hacer una película con un prepuesto cercano a cero, donde los diálogos, las situaciones y la interpretación de los actores son lo único que media entre usted y la pantalla; si quiere entender que la historia más sencilla se puede convertir en el más intenso de los dramas; si quiere contemplar personas de verdad, antihéroes cotidianos como cualquiera; si quiere ver una película de hora y media (como las de antes) que es una auténtica maravilla entonces vaya a ver Smoking Room. La lucha de un hombre, en cuya empresa se ha prohibido fumar, por conseguir que la dirección habilite una sala para fumadores a fin de no tener que salir a la calle en invierno para poder hacerlo, da pie a un desfile de seres humanos. Decía Oscar Wilde, que fumar era el placer perfecto porque es exquisito y nos deja insatisfechos. Así es ésta película. Cuando haya terminado sentirá exactamente eso. Y querrá volver a ver más cine. Eso si, los planos cerrados y el movimiento de la cámara pueden parecer algo agobiantes al principio pero pronto se entiende que funcionan según el pulso de sus personajes. A los veinte minutos su corazón se moverá al mismo ritmo. Dije que eran muy diferentes pero ahora creo que de alguna forma ambas películas hablan de personas de verdad, de carne y hueso; solo su enfoque cambia. En la primera el hombre es casi un juguete del destino; en la otra éste no existe, solo persiste la diaria cotidianidad. Claro que es posible que no puedan soportar cine tan puro, acostumbrados como estamos a lo light para evadirnos precisamente de los que nos quieren contar. Si este es el caso, las alternativas son, ciertamente, abundantes. 2002-06-30 a las 13:12 | Odiseo | 2 Comentarios | # Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://odisea.blogalia.com//trackbacks/1784
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