Odisea |
Un viaje interior |
Ya se que padezcoUno se pasa media vida buscándose. Acudiendo a Freud, Jung, el budismo, la filosofía y la telebasura, para intentar aprender algo de si mismo. Y se siente raro porque tiene gustos raros. Se pregunta, por ejemplo, porqué hay legiones de seguidores de elfos, enanos, hobbits y anillos de poder pero solo algunos leen la Iliada o escuchan La tetralogía wangneriana. Sin duda allí pueden encontrar todos los elementos que buscan, y algunos más. Entendedme. Si supieran saborear Sigfrido o La odisea a la par que El señor de los anillos, por volver al mismo ejemplo, me parecería comprensible. Lo que me cuesta concebir es por qué "los clásicos" son tan aburridos para ellos.Cese ya la búsqueda. Casualmente una Walkyiria me ha diagnosticado mi padecimiento. Tengo retrofriquismo. Lo he buscado en el diccionario de la R.A.E y sorprendentemente he encontrado la definición: retrofriquismo (Del lat. retro hacia atrás y del ingles freak, monstruo, curiosidad, rareza). 1. m. Frikismo obsoleto, desfasado y vetusto Los retrofriquis somos gente rara. En vez de leer El señor de los anillos una vez cada dos o tres años, escuchamos Tristan e Isolda dos o tres veces al año. No le hacemos ascos a Matrix Reloaded pero con la misma admiración leemos La muerte de Arturo. Podemos ir a cualquier espectáculo pero suspiramos para que de vez en cuando caiga una Electra en el teatro (cosa que casi nunca ocurre). Hemos visto Julio Cesar treinta o cuarenta veces y aunque esperamos que se estrene El retorno del rey o Matrix Revolution lo que más deseamos es que Branagh haga un Romeo y Julieta o un Rey Lehar a la altura de su Hamlet. Lo que no dicen en ningún sitio es si tiene cura. Solo se que cuando hablo de esto con los demás me miran muy fijamente. No consigo discernir que oculta esa mirada estática y ese rictus burlón; si interés, extrañeza, desprecio o lástima. Quizá un poco de cada cosa. Y por supuesto, el firme convencimiento de que hay gente para todo en este mundo. Desde luego no soy el tipo que pueda ligar fácilmente en una discoteca. Lo cual, dicho sea de paso, es una suerte. Y encontrar por ahí una Walkyria, nada menos que a la propia Brunhilda, que te comprenda y defina de un solo trazo, es algo infrecuente. Y muy placentero. 2003-06-29 a las 20:07 | Odiseo | 7 Comentarios | # Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://odisea.blogalia.com//trackbacks/9336
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